Después de octubre, habrá que hacer un ajuste estructural al modelo

Por Edwin Miranda V.

Trece años de Economía Plurinacional en Bolivia

Independientemente de quién salga ganador en las próximas elecciones generales del próximo 20 de octubre de este año, el nuevo gobierno tendrá que “ajustar el modelo Económico Social Comunitario Productivo”, que regentó las finanzas públicas en el Estado, los últimos trece años. 

Por lo tanto la situación actual no puede seguir igual. “Deben bajar, ya el déficit fiscal, que es una tarea difícil, pero no imposible. Tendrán que haber medidas duras e impopulares”, adelantó el expresidente del Banco Central de Bolivia, Juan Antonio Morales, y la Asesoría Técnica de la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO).  Secundaron la noción el experto en macroeconomía, Rolando Morales y el analista financiero académico, Alberto Bonadona. 

Para Morales, la receta económica incluye además “flexibilizar el tipo de cambio, sea moviéndolo o tomando medidas colaterales, pero de cualquier forma el nuevo gobierno, incluido el MAS, si gana, tienen que tomar medidas correctivas urgentes”, recalcó.

El gobierno, por su parte, a través del Vicepresidente, Álvaro García Linera, el Ministro de Economía, Luis Arce Catacora, y el Canciller Diego Pary, comentaron todo lo contrario. 

Al unísono, están convencidos que el modelo, al que calificaron de “exitoso y digno de exportarse como kow how de Bolivia al mundo”,  es un “referente estructural que estará intocable almenos por los  próximos 20 años en el país”.

Para los analistas la pregunta es ¿qué viene ahora. Cuál es el rumbo a seguir?  Cierto es que la perplejidad puede ser paralizante, ya que no está claro el horizonte, y porque es latente la amenaza de una crisis compleja si acaso “no se para el déficit fiscal que llega aproximadamente el 8% respecto del Producto Interno Bruto (PIB); anulamos la visión expansiva del gasto público, y se suspende una actitud agresiva de subir los salarios a niveles que en los próximos años será insostenible para el Tesoro General del Estado”, alertaron.

Según Bonadona, “algunos temen que nos hallemos desprovistos de ideas y herramientas eficaces para preservar la estabilidad económica y para evitar que el país se deslice por una pendiente de inestabilidad e incertidumbre”.

Para Rolando Morales, “es verdad que los impactos negativos que tiene el modelo, hasta ahora, no son tan dramáticos como los que se han registrado en otras economías de la región, como el caso Venezuela. No obstante, la tendencia de caída en el desempeño económico es indudable, y todo indica que se irá profundizando si no hay pronto correctivos”, enfatizó.

Más de una década con un modelo Made In Bolivia

El año 2006, el gobierno del Presidente Evo Morales Ayma, puso en marcha la implementación

del Modelo Económico Social Comunitario Productivo “el cual tiene sus raíces en las luchas

antineoliberales del pueblo boliviano, y se nutre de investigaciones comprometidas con la transformación de nuestra realidad”, declaró el Vicepresidente. 

La nacionalización de los recursos naturales es fundamental para entender el éxito del MESCP, aunque para Morales, Bonadona y la CAO, la cualidad mayor del modelo se centra en la apuesta al excedente de las Reservas Internacionales Netas (RIN), como efecto inmediato del incremento de los precios de las materias primas en el mercado internacional como los minerales, el gas, y los productos de exportación no tradicionales como la soya, el azúcar, y la quinua, para citar solo algunos.

“Ahora, el Estado se apropia del excedente económico que antes se externalizaba, lo invierte en la construcción de una economía de base productiva, y lo redistribuye a través de transferencias condicionadas (Bono Juancito Pinto, Bono Juana Azurduy y Renta Dignidad), inversión pública, incrementos salariales inversamente proporcionales, subvenciones cruzadas y otros; con el objetivo de erradicar la pobreza y reducir las enormes brechas que existían entre ricos y pobres”, destacó a su vez el ministro Arce a modo de subrayar las características del modelo, pero más eso, revelar el secreto del “milagro boliviano”.

Tal como lo evidencian todos los estudios sobre el dinamismo económico del país de más de una década, el factor primordial que lo explica ha sido el crecimiento extraordinario del valor de las exportaciones nacionales; ingresos nunca antes registrados en la economía del país. A partir de 2005, los ingresos del sector externo -sobre todo por exportaciones de gas natural y minerales y de remesas del exterior- siguieron una trayectoria de rápida expansión, conforme escalaban los precios de las materias primas, y eso fue lo que repuntó la economía y no otra cosa, como afirma el gobierno, comentó a su vez Bonadona.

“Este un modelo hecho por bolivianos y para bolivianos, a diferencia del modelo económico neoliberal que fue aplicado en función a recetas dictadas por organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI), y que en los veinte años que estuvo vigente en Bolivia (1985 – 2005), no sólo desmanteló el Estado, sino que profundizó las desigualdades en nuestra sociedad, situación que devino en una crisis política, económica y social”, apuntó a su vez el canciller Pary.

Las políticas fiscales, cambiarias y monetarias, hoy se encuentran al servicio del desarrollo económico y social del pueblo boliviano, acotó.

Para García, con el modelo  lo que hizo Bolivia es “recuper la confianza en nuestra moneda cumpliendo con uno de los objetivos que se había trazado el MESCP : la bolivianización de la economía, para lo cual se aplicó un conjunto de políticas destinadas a fortalecer el uso del boliviano y esto ha permitido a las autoridades económicas, en especial a la monetaria, aplicar políticas anticíclicas de manera oportuna y efectiva”. 

En el pasado, prácticamente no existía política monetaria por la alta dolarización de nuestra economía, recordó con énfasis la autoridad.

El Modelo Económico Social Comunitario Productivo de Bolivia, es la alternativa al capitalismo y a su manera errónea de pensar, según el gobierno.

 Este modelo privilegia las necesidades de las personas antes que el interés del mercado. Entre sus características están: Crecimiento y desarrollo en base a un mejor aprovechamiento de los recursos naturales para el beneficio de las bolivianas y los bolivianos: generación de mayor excedente económico. Apropiación del excedente económico: con la recuperación de los recursos naturales, los excedentes se quedan en el país y son redistribuidos hacia otros sectores generadores de ingreso y empleo. Modelo redistribuidor de ingreso: el excedente económico debe ser redistribuido, se orienta al fortalecimiento de la base productiva del país a través de la inversión pública, y también a favorecer a la población, en especial a la más vulnerable entre los miembros de la sociedad especialmente entre las personas más necesitadas; a través de Transferencias Condicionadas (bonos

Juancito Pinto y Juana Azurduy, Renta Dignidad), inversión pública, incrementos salariales inversamente proporcionales, subvención cruzada y otros. Reducción de la desigualdad social y la pobreza: el modelo también tiene una visión que busca eliminar la desigualdad social.

Justificar el ajuste

Morales reveló a Libre Empresa que el Fondo Monetario Internacional (FMI), que llegó el año pasado para realizar una evaluación anual a la marcha de la economía en el país, tiene listo su informe, pero que por los resultados que relevó  al parecer es “crítico para el modelo”.

Como efecto de esta situación, Morales declaró que “el gobierno del presidente Evo Morales, pidió al FMI, no publicar, por ahora, el informe porque teme que sea negativo, pero además, porque estamos próximos a una elección general para renovar al Presidente del Estado”.

Según Morales, el FMI, siempre se mostró “reacio a aceptar el modelo económico del gobierno y ponderar, solo sus bondades. Lo que hace el Fondo por lo general es echar halagos al principio, y luego infringir duras críticas a las variables macroeconómicas, y de eso conoce el Gobierno”.

Para muestra un botón. Morales apeló a un reciente informe de la calificadora de riesgo internacional Fitch Ratings, para justificar porque las cosas no caminan “tan bien en la economía como asegura el gobierno”.

Según este informe la perspectiva a largo plazo de la deuda del país en moneda extranjera pasó de Estable a Negativa. La calificación de riesgo es una opinión independiente y fundamentada emitida por instituciones especializadas respecto a la capacidad para honrar en tiempo y forma las deudas que asume un Estado.

Para Fitch Ratings, las deudas a largo plazo en moneda extranjera de Bolivia tienen una calificación BB- con Perspectiva Negativa (el nivel más bajo en la escala de BB y con perspectiva a que la calificación se reduzca a B). 

Los principales argumentos de Fitch Ratings para el cambio de la perspectiva de Estable a Negativa de la deuda a largo plazo en moneda extranjera del país, son los elevados déficits fiscales y de cuenta corriente de la balanza de pagos que mantiene desde hace varios años, sin perspectivas de revertirse de mantener el Gobierno su política económica. 

La constante caída de las reservas internacionales y la incertidumbre en el sector gasífero que es una importante fuente de ingresos por exportaciones, y fiscales, debido a la caída de la producción, menor demanda de los países compradores (Brasil y Argentina), y los pobres resultados obtenidos en el descubrimiento de nuevas reservas, añaden problemas, comentó la exautoridad financiera.

Como el actual Gobierno se mantiene y propone mantenerse en la línea de gastar por encima de las posibilidades del país, está cantado que la calificación de riesgo será reducida, lo que dificultaría al Gobierno obtener recursos externos para continuar financiando el creciente elevado déficit fiscal, decisión que es necesarios para recuperar la persistente caída de las reservas internacionales, advirtió Morales.

“Definitivamente por ahora no existe luces rojas en el horizonte para la economía, pero sí, y debido a la política económica del gobierno, se prendieron las luces amarillas, es decir de cuidado y atención inmediata”, enfatizó.

Es lamentable que en medio de tal “bonanza”, que vivió el gobierno del presidente Morales, faltara una política inteligente para modernizar los sectores tradicionales, diversificar la producción de bienes y servicios, generar otras industrias y polos de innovación, avanzar en educación y capital humano. 

De haberse producido estos progresos, probablemente la situación económica de hoy sería harto diferente y, en todo caso, con menores vulnerabilidades e incertidumbres, señaló debilidades Bonadona.

De cualquier manera, el fallido proyecto del gobierno del MAS, no significa, en modo alguno, que la transformación del modelo de crecimiento deba dejarse de lado. Por el contrario, lo que antes no se hizo tendría que hacerse ahora, a pesar de la desaceleración y las restricciones financieras y fiscales y quizá, más bien, justamente porque el nuevo contexto lo hace imperativo y apremiante, sugirió el académico.

La tierra, una apuesta a ganador

Para la CAO, el ajuste estructural al modelo es “necesario e indispensable” si existe predisposición para mirar con proyección un nuevo económico hasta el 2030.

“Necesariamente tiene que haber una evaluación en octubre, de hecho lo anticipamos al gobierno el año 2015, en la cumbre nacional sobre la tierra, entonces después de las elecciones éste (MAS-Evo Morales), o el próximo gobierno, tendrá que “hacer un cierre, evaluar lo malo, promover lo bueno, pero ante todo, apuntalar decisiones de fondo que tienen que ver, por ejemplo, con dotar de seguridad jurídica al sector agrícola, apostar a la infraestructura, promover la innovación tecnológica y por supuesto, liberar las exportaciones”, apuntó la institución.

Si está es la realidad, la CAO señala que el nuevo gobierno, más que eso, “el nuevo referente para quién asuma la conducción del Estado por los próximos cinco años, será apostar a la tierra, a la agricultura, para ganar y enamorar al país”.

La receta pendiente del modelo  que demanda respuestas

En criterio de los analistas consultados por Libre Empresa, el modelo actual debe responder a las siguientes variables, que a juicio de los expertos, es necesario que el gobierno y quienes tienen aspiración de llegar a la Primera Magistratura del Estado, deben tener la capacidad de responder con solvencia sobre cada uno de los problemas estructurales que hacen a la economía nacional.

¿Flexibilizarán el tipo de cambio? En la práctica van más de ocho años con tipo de cambio fijo. Se volverá al sistema del bolsín, se fijarán bandas cambiarias, se implementarán tipos de cambio diferenciados? Nacionalización. ¿Nacionalizarán empresas privadas o privatizarán empresas públicas? Desde el 52 se nacionalizaron empresas privadas, desde el 85 se privatizaron y capitalizaron empresas públicas y desde el 2006 se nacionalizaron empresas privadas.

El gobierno del MAS, si gana, o por el contrario, una nueva administración se hace del poder, mantendrá el modelo primario exportador de base angosta (hidrocarburos y minería), y el perfil de país de comerciantes legales e ilegales (contrabandistas e informales) y/o impulsará la industrialización manufacturera (tipo 3.0 ó 4.0).

¿El Gobierno seguirá apostando el Presupuesto General del Estado con déficit fiscal? Si así fuera financiará el déficit vía incremento de deuda externa e interna y reducción de reservas internacionales netas o generará mayor presión tributaria a los contribuyentes?

¿Institucionalizará los cargos jerárquicos en el BCB, SIN, Aduana, ASFI y otras entidades económicas del sector público o mantendrá los interinatos?, ¿Regulará o dejará al libre mercado las tasas de interés del sistema financiero. Actualmente las tasas de interés de vivienda y productivas son reguladas por el Ministerio de Economía? ¿Mantendrá, subirá o bajará las alícuotas del IVA, IT e IUE. Eliminará el Régimen Simplificado?

¿En el sector externo y en el caso de los Estados Unidos volverá al sistema de preferencias arancelarias tipo ATPDEA o mantendrá el sistema de integración económica tipo ALBA?

¿Mantendrá, bajará o subirá la edad de Jubilación. Mantendrá a las AFPs o cambiará a una gestora pública?

¿Mantendrá los subsidios a la gasolina, el pan, la energía eléctrica y otros servicios y productos o dejará a libre determinación de las fuerzas del mercado: oferta y demanda? 

¿Flexibilizará el mercado laboral (libre contratación) o mantendrá la inflexibilidad laboral? ¿Aprobará una nueva Ley General del Trabajo?

¿Cualquiera que sea el Gobierno permitirá que las empresas privadas puedan pasar a ser empresas sociales (en propiedad de los trabajadores) como señala la Ley 1055? 

¿Cuál será la política hidrocarburífera en materia de los contratos de compra y venta de gas boliviano a Brasil y Argentina que están en vísperas de concluir a partir de octubre?

Sin visión integral de desarrollo

Para Rolando Morales, Bonadona, Juan Antonio Morales y la CAO, sin duda, la receta planteada y que amerita respuestas concretas, resume un conjunto de preguntas, que son pertinentes, pero sobre todas  hay una pregunta previa.

¿Qué se entiende o que se quiere decir cuando se habla de diversificar una economía como la boliviana? Para los expertos desde luego, no puede significar que el país vaya a abandonar las materias primas y que se vuelque por completo a la manufactura, la agroindustria, el comercio, los servicios tecnológicos y digitales, el turismo u otros rubros novedosos. 

Nadie puede pensar seriamente que esta sea una opción real para Bolivia. Dar la espalda a los recursos naturales simplemente no es posible, y tampoco deseable. 

Desde ya, no es eso lo que han hecho otros países prósperos como Australia y Noruega, muy ricos en recursos naturales. Tampoco países cercanos, como Chile, que ha conseguido evadir la mal llamada maldición de los recursos naturales, o el Perú que, con su rápido y duradero crecimiento, desmiente el relato de que la riqueza natural condena a las naciones al atraso perenne. Esas y otras experiencias indican que no son los recursos naturales en sí, aclaró Morales.

Mucho más radical, Bonadona indica que éste gobierno “no tuvo ni tiene una visión integral de desarrollo del país”. Lo único que hace es “improvisar y apostar en proyectos multimillonarios que no lograron hasta ahora reportar grandes beneficios al Estado, como la Planta de Urea en Bulo Bulo, o la industria azucarera de San Buen Aventura en el Norte de La Paz”.

Inversión Privada

Otro tema de importancia estratégica para el Estado y que el modelo económico no pudo fomentar adecuadamente tiene que ver con la inversión privada extranjera.

Para Morales, Bonadona y la CAO, este es un factor decisivo para el nuevo Siglo. “Un desafío transversal a unos y otros es lograr que la inversión privada sea efectivamente el motor de crecimiento y ampliación de capacidades emprendedoras y de producción con valor agregado. Tanto más ahora que asistimos a la crisis del estatismo populista, que ha buscado desplazar al sector privado y sin haber demostrado que puede llenar ese vacío con resultados económica y socialmente más eficientes”, apuntó la CAO.

De hecho, la situación en la última década ha sido el encogimiento del sector privado por debajo de sus potencialidades. Incluso con una relación Inversión Total/PIB, de 21%, similar al promedio regional, la inversión privada en Bolivia representa tan solo el 40% de la inversión total, en tanto que la media de la inversión privada en América Latina está en el 75%. La inversión privada en nuestro país apenas llega al 8.6% del PIB, prácticamente la mitad de lo que representa la inversión privada en toda la región, mencionó cifras Morales.