Devaluar o no devaluar, tensión financiera

Por Ansa / Bolivia Energía Libre-La Paz

El ministro de Economía de Argentina, Martín Guzmán, aseguró hoy enfático que su gobierno no va a devaluar la moneda, un procedimiento recurrente en la historia del país, mientras el mercado financiero presiona y el dólar blue (cotización no oficial) sigue en alza, recalienta pujas políticas y agita rumores de cambios en el gabinete.
«Tenemos las condiciones y los elementos para continuar con la política cambiaria y no hacer una devaluación», dijo Guzmán.
Entrevistado en la emisora de radio Con Vos, el jefe de la cartera económica admitió que la brecha entre el dólar oficial y las cotizaciones paralelas (hoy en el mercado negro la moneda estadounidense cotizaba a 190 pesos por unidad, con casi 141% de diferencia con la pizarra oficial) provoca problemas en la economía.
«Tenemos una brecha cambiaria muy elevada, pero también se da una circunstancia en la que tenemos superávit comercial, no hay pago de deuda externa en el corto plazo y tenemos 41 mil millones de dólares en el Banco Central», detalló.
«La grieta (puja política entre oficialistas y opositores, NDR) tiene un costo económico, una sociedad fracturada tiene más dificultades para mantener una economía tranquila, es una tarea colectiva», añadió Guzmán, vinculado académicamente con el estadounidense Joseph Stiglitz, premio Nobel de Economía 2001.
La usina de rumores crece en el mercado, en las redes y en los medios de prensa, desde donde se especulaba hoy con cambios en el gabinete e incluso con la salida de Guzmán.
Los controles sobre el peso y el aumento de la impresión de dinero ante la crisis que gestó la pandemia están aumentando en Argentina problemas económicos preexistentes al colapso sanitario, como una recesión de tres años y una de las tasas de inflación más altas de América Latina (proyección de más de 40% para 2020).
Pese a las desmentidas del gobierno y los mensajes de calma, se están disparando los resquemores en los consumidores, que creen que se avecina una devaluación, como las muchas en la historia reciente de argentina. La confianza en el gobierno se marchita.
Argentina aplicó ese drástico proceso en 1958, 1962, 1975, 1981, 1989, 2002 y 2019, cuando la gestión de Mauricio Macri devaluó la moneda 359%, teniendo en cuenta la cotización oficial, o casi 600% si se considera el mercado negro.
En el actual contexto y con los antecedentes históricos que sistemáticamente dejaron a la moneda local sin valor, muchos pasan sus ahorros de pesos a dólares y alimentan una eventual corrida cambiaria.
«La política de devaluación de la moneda nacional es la respuesta común a los desequilibrios sostenidos en la cuenta corriente del balance de pagos que los países periféricos semi industrializados», sostienen los académicos Mariano Féliz y Pablo Chena en su trabajo analítico «Ciclos y devaluaciones en Argentina, un enfoque heterodoxo».
Pero también alertan que, en economías como las latinoamericanas, «son los trabajadores quienes tienden a pagar los costos del ajuste externo a las necesidades de valorización del capital, es decir a los requisitos de producción y realización de ganancias».
El 40,9% de la población argentina se encontraba en la pobreza al cierre del primer semestre, según datos del INDEC (ente estadístico estatal), lo que implica un aumento del 5,5% en relación al mismo período de 2019.
Así, una devaluación sería letal para los sectores más vulnerables.
Empero, un comunicado de un grupo de bonistas, aunque minoritario, el Grupo Exchange, lanzó dura presión en las últimas horas.
«Las autoridades económicas de Argentina no solo no lograron restablecer la confianza, sino que las medidas políticas adoptadas inmediatamente después de la reestructuración de la deuda empeoraron drásticamente la crisis económica del país», señalaron.
Lo cierto es que desde el 15 de septiembre no se logró detener la sangría de reservas del Banco Central (BCRA). De acuerdo a los datos oficiales, la entidad vendió dólares por 1.290 millones de dólares en 18 días, unos 59 millones diarios.

Un ritmo imposibles de sostener
Pese a todo, el Fondo Monetario Internacional (FMI) parece estar esta vez del lado del gobierno argentino.
Según trascendió, el FMI le pedirá al Guzmán que lleve el dólar en el mercado oficial rápidamente a unos 136 pesos para acortar la brecha, aceptará que desdoble el tipo de cambio y podría aportar 3 mil millones de dólares si la Argentina los solicita para enfrentar la corrida cambiaria.
Argentina negocia actualmente con el Fondo para lograr que el organismo internacional apruebe el próximo programa y el rumbo parece alentador.
Ayer, Alejandro Werner, director del Departamento del Hemisferio Occidental del organismo multilateral dijo que las medidas de Argentina necesitan «generar un consenso amplio de la sociedad de la necesidad de estas medidas».
«Es el trabajo que las autoridades están realizando para que este programa no sólo sea un programa técnicamente sólido sino que tenga un apoyo amplio en su implementación y tenga los efectos deseados», amplió. Es decir, generar confianza, lo que no abunda en la actualidad.