Editorial 06 – Lecciones que deben aprenderse

“La tierra del gas, no tiene gas y energía”, afirmó ayer el Ministro de Hidrocarburos, Víctor Hugo Zamora, en presencia de la Presidenta de Transición, Jeanine Añez, fue el párrafo introductorio de un colega de esta casa periodística.

Esta noticia llama tanto la atención, como una anterior que también tiene pocos días que titula “La pobreza desborda Entre Ríos, la tierra del gas en Tarija”.

Son  impresionantes dichas noticias, la primera que sale del municipio de Villa Montes en un encuentro de municipios del Chaco Tarijeño con las precitadas Autoridades, y la segunda de Entre Ríos, más si consideramos que Tarija desde 2007 a 2018 recibió más de 3.503 MM$us.

Se podría argüir que Tarija, en un excesivo centralismo se queda con el dinero, pero no es cierto, la Región Autónoma de Gran Chaco, recibe el 45% de dichos fondos, es decir la friolera de más de 1.576 MM/$us que de manera equitativa los municipios de Yacuiba, Carapari y Villa Montes, se dividen, en una proporción del 15 % para cada uno.

En orden de magnitud, por ejemplo en los mismos años (2007 – 2018), Cochabamba por concepto de regalías recibió 332 MM/$us, es decir mucho menos que una de las provincias del Gran Chaco nombradas

Sin embargo el pliego de peticiones del Gran Chaco, se centran en temas “energéticos, productivos y de provisión de agua potable”.

El Ministro de Hidrocarburos declaro: “Tarija, lastimosamente, es una muestra más de una historia de abandono” acotó la autoridad ministerial que denuncio que “a pesar que salen de su territorio una inmensa cantidad de hidrocarburos, que generaran riqueza para el Estado, existieron 14 años de descuido y abandono”.

Luego de más de una década de recibir cuantiosas sumas de dinero, es inconcebible que el Gobernador de Tarija, Adrián Oliva denomine al departamento como “olvidada y postergada”.

La pregunta elemental es, que hicieron con tanto dinero, que políticas regionales se implementaron, que al día de hoy existan problemas energéticos, productivos y de provisión de agua potable.

Parece que, lo que la literatura económica denomina la “maldición de los recursos” o la “paradoja de la abundancia”, lamentablemente se cumple de manera religiosa en Tarija y en la Provincia Gran Chaco.

Ojala esta realidad enseñe a la ciudadanía y en especial a sus dirigentes y líderes políticos, que no les debe volver a pasar, que el dinero es un bien escaso que se termina, y que se debe invertir en los servicios básicos sostenibles, en educación y en la diversificación de la economía.