El litio en México: entre los intereses privados y el discurso político

Por El País / Bolivia Energía Libre-La Paz

En la mítica Sierra Madre Occidental que se extiende desde el sur de Estados Unidos, en un pueblito de Sonora (norte de México) de unos mil habitantes llamado Bacadéhuachi, se esconde el yacimiento de litio en roca más grande que se conoce en el mundo, según Mining Technology.

A finales de 2019, cuando el Gobierno confirmó la existencia del yacimiento y se difundió que estaba en marcha un proyecto de explotación a cargo de una empresa canadiense (Bacanora Lithium) y una china (Ganfeng Lithium), hubo medios y funcionarios que empezaron a hablar del litio como “el petróleo del futuro”.

Parecía un exceso de optimismo para una zona fronteriza que, apenas un mes antes, había sido noticia por la masacre de una familia a manos del crimen organizado. O para un país que tiene una apuesta tan decidida por el viejo petróleo, el de siempre. Resulta tentador olvidar el presente cuando el futuro parece tan cercano: en Bacadéhuachi no suelen verse coches eléctricos y los teléfonos a veces pierden la señal, pero a 1.400 kilómetros de allí, del otro lado de la frontera, se levanta Tesla Motors, la fábrica de autos eléctricos más grande del mundo. Y lo que el pueblo tiene bajo sus pies es la fuente de energía necesaria para la fabricación de sus baterías.

Casi diez meses después de aquel repentino entusiasmo por el litio, y la misma semana que dejó de existir la subsecretaría de Minería, se ha conocido que el grupo de senadores de Morena, el partido de Gobierno, incluyó entre los temas para su agenda del próximo período legislativo una propuesta para nacionalizar el litio como recurso estratégico, lo que implicaría una reforma constitucional y cambios en la Ley Minera vigente. Aún no se ha definido si este tema —uno de los más de 400 presentados— será avalado e impulsado por la bancada oficialista en el Senado. El único funcionario mexicano que había expresado un interés similar en nacionalizar el litio, el exsecretario de Medioambiente Víctor Toledo, dejó de ser parte del Gobierno esta semana.

El litio, un mineral ligero que arde en contacto con el agua, es utilizado para fabricar cerámica y medicamentos antidepresivos, es un insumo básico de la industria nuclear y, sobre todo, se ha vuelto esencial en la producción de baterías de celular, computadoras, autos eléctricos y sistemas de almacenamiento de energía.

Entre 2014 y 2018, los precios del litio se dispararon un 156%: desde los 6.690 dólares la tonelada subió hasta un máximo histórico de 17.000 dólares en 2018.

Si bien la crisis sanitaria y económica causada por la pandemia ha impactado en el mercado, el precio se encuentra actualmente en torno a los 7.500 dólares y se prevé que la demanda siga creciendo de la mano de la industria tecnológica.