España y Portugal se unen para explotar litio y fabricar baterías para coches eléctricos

Por El Periódico de la Energía / Bolivia Energía Libre-La Paz

El plan de recuperación y resiliencia de Portugal para acceder a los fondos comunitarios de apoyo tras la pandemia prevé un proyecto transfronterizo con España dedicado a la explotación de litio y a la fabricación y reciclaje de baterías eléctricas para automóviles.

Según se recoge en el plan luso, que entró hoy en fase de consulta pública, «Portugal pretende desarrollar con España una cadena industrial y de innovación de procesos y productos, completa, que permita el buen aprovechamiento -usando técnicas de minería verde- del litio existente en los dos países».

El documento, que no apunta la inversión prevista, defiende que esta iniciativa supone una «doble respuesta a las estrategias europeas para las materias primas y las baterías».

Además, explica que el Instituto Ibérico de Nanotecnología, que pertenece a los dos países, está desarrollando proyectos para crear células de última generación que «podrán entrar en breve en fase de pruebas».

La fabricación de estas células es el paso intermedio entre la refinación del litio y las baterías, recoge el documento.

El Gobierno portugués recuerda que los principales yacimientos de litio se encuentran en las regiones transfronterizas y considera que el país luso tiene «la capacidad de atraer tecnología y empresas interesadas en su refinación».

Además, cree que se puede instalar una industria dedicada a la fabricación y reciclaje de baterías en esas zonas fronterizas y beneficiarse así de la «fuerte presencia» de la industria automóvil de ambos países.

En esa cita, los jefes de Gobierno de España y Portugal, Pedro Sánchez y António Costa, anunciaron que ambos países quieren ir de la mano para que la península ibérica se consolide como abastecedor de hidrógeno verde y de litio para el resto de Europa.

El plan de recuperación de Portugal prevé 13.900 millones de euros en subvenciones, a los que se podrían sumar otros 2.700 millones en préstamos, aunque el Gobierno luso todavía no ha cerrado si recurrirá a esta parte de los fondos.