La producción de gas baja 30% en Bolivia, el precio del petróleo bordea los $us100 y golpea las arcas fiscales

Por Edwin Miranda V. / Bolivia Energía Libre-La Paz

El repunte del precio internacional del petróleo bordea los 100 dólares y Bolivia enfrenta una reducción sistemática de la producción de gas y líquidos hasta en un 30%, lo que dejó, hasta ahora, más frustraciones que alegría para las arcas fiscales debido al incremento de los volúmenes de importación de líquidos y la subvención a los carburantes que tienen precios congelados hace más de una década, señala el exministro de Hidrocarburos, Mauricio Medinacelli, y respalda la posición el expresidente de YPFB, Hugo Del Granado.

“Desde el segundo semestre del año 2021 los precios internacionales del petróleo vienen creciendo aceleradamente y (…) esta semana el precio pasó los $us 95 por barril. Entonces surgen algunas preguntas. ¿Por qué no estamos felices como en el pasado? ¿Por qué la queja de los gobiernos central y regionales por la falta de recursos? ¿Por qué estos notables precios del petróleo apenas nos generan una pequeña sonrisa? ¿Qué está pasando aquí?”, escribió Medinacelli en una columna de opinión que publicó en un medio local en La Paz.

Según el exministro de Hidrocarburos, una respuesta, precisa y puntual a esta situación es la creciente reducción de los volúmenes de producción de gas natural.

Es decir, si producimos menos, las exportaciones de gas a los mercados del Brasil y la Argentina, también son reducidas y, por lo tanto, los ingresos de divisas para el erario se encojen.

Medinacelli señala que de acuerdo con información del INE (Instituto Nacional de Estadísticas), el año 2014, cuando los precios internacionales del petróleo eran altos, la producción de gas natural promedio anual fue casi de 61 millones de mcd (metros cúbicos por día). Sin embargo, en 2021, dicha producción fue un poco menos de 43 millones.

Por lo tanto, infiere el analista que la producción de gas en el país cayó de 61 a 43 MMmcd, una disminución del 29,5%.      

Entonces, pese a precios internacionales elevados, la producción (y capacidad de exportación) de gas natural boliviana es menor y, por tanto, los ingresos no son aquellas cifras fantásticas de años pasados.

Por lo tanto, que el petróleo tenga nuevamente precios expectables, “antes era una mejor noticia, hoy no lo es, porque los volúmenes que exportamos cayeron bastante respecto de 2015”, recalcó.

Medinacelli recuerda que durante los años 2011 y 2014 el precio internacional el petróleo (el llamado WTI) cruzó varias veces la mítica barrera de los 100 dólares americanos por barril de petróleo, de hecho, el promedio anual del año 2013 fue $us 98.

En ese momento todo era gozo y alegría. Los ingresos por regalías e IDH subían y así el gobierno central, las gobernaciones, alcaldías, universidades públicas, YPFB, el fondo indígena y todas aquellas instituciones que recibieron “el dinero del gas” fueron felices.

La razón era clara, mayores precios internacionales del petróleo, mayores precios de exportación de gas natural, mayores ingresos por regalías e IDH y mayor capacidad de gasto, relató.

Del Granado sumó también argumentos al respecto. “el año 2014, nos hubiéramos alegrado con esta subida de precios porque teníamos indexado el precio del gas natural al precio del petróleo, pero a estas alturas, dada la caída de producción, de las reservas, la crisis que tenemos en el sistema petrolero boliviano, hace que el perjuicio sea mayor que el beneficio”.

El alza del crudo golpea las arcas fiscales

Otro asunto que suma problemas al erario nacional con la subida del crudo en el mercado internacional tiene que ver con los volúmenes de importación de diésel y gasolinas, que requiere el Estado y, los subsidios que debe pagar el erario nacional para mantener, invariable, el precio de los combustibles en el mercado interno.

El exministro alerta al respecto que hay un efecto negativo adicional. Menor nivel de producción de gas natural y petróleo implica menor producción de gasolina y diésel oíl y, por tanto, mayores niveles de importación de estos productos terminados. Importación que debe hacerse a precios internacionales.

De acuerdo al Banco Central de Bolivia, el año 2014 las importaciones de combustibles y lubricantes fue de $us 1,216 millones, cálculos preliminares míos arrojan una cifra de $us 1,950 millones para el año 2021, un incremento del 60%, apuntó el analista.

¿Por qué un mayor valor de importaciones de combustibles genera dolores de cabeza al Estado? La respuesta tiene un solo nombre: subsidios, enfatizó.      

Mientras mayores sean los precios y volúmenes importados, el monto del subsidio al diésel oíl y gasolina se incrementa.

Para Medinacelli, el negocio que hace el Estado con los combustibles implica lo siguiente: “compra caro (de afuera) y vende barato a los bolivianos. Y ¡ojo! Como lo mencioné en un artículo previo, el financiamiento de los subsidios no lo hace el presidente de Bolivia, el ministro o los asambleístas… lo hacemos todos nosotros cuando pagamos impuestos ya que, con dichos impuestos, luego se hace la transacción de comprar caro para vender barato”.

BD/EMV.