Pide evitar los nacionalismos en mensaje a la ONU

Por ANSA / Bolivia Energía Libre-La Paz

El papa Francisco exhortó a dejar de lado los nacionalismos, que llevan al «individualismo y al aislamiento», en su intervención a través de un videomensaje ante la ONU, en el que trazó una ruta para salir de la actual crisis mundial, agravada por la pandemia de coronavirus. «Nos encontramos frente a una elección entre dos vías posibles», dijo el pontífice.
Señaló que «una lleva al refuerzo del multilateralismo, expresión de una renovada responsabilidad mundial, de una solidaridad fundada en la justicia y en el cumplimiento de la paz y la unidad de la familia humana, proyecto de Dios en el mundo».
«La otra -agregó-, prefiere las actitudes de autosuficiencia, nacionalismo, proteccionismo, individualismo y aislamiento, dejando de lado a los más pobres, los más vulnerables, los habitantes de las periferias existenciales. Y ciertamente será perjudicial para toda la comunidad y causará autolesiones a todos».
En un escenario internacional signado por guerras, amenazas e injusticias, el Papa llamó a las Naciones Unidas a cumplir su misión fundamental.
«Nuestro mundo en conflicto necesita que la ONU se transforme en un laboratorio para la paz cada vez más eficaz, lo que requiere que los miembros del Consejo de Seguridad, especialmente los permanentes, actúen con mayor unidad y determinación», expresó. Agregó que «con ese propósito, la reciente adopción del cese del fuego global durante la actual crisis es una medida muy noble, que requiere de la buena voluntad de todos para su constante aplicación».
En particular, Jorge Bergoglio mencionó la amenaza que representan las nuevas formas de tecnología militar -como los sistemas letales de armas autónomas (LAWS)- que separan a la guerra cada vez más de la acción humana.
Sostuvo que lo primero que debe desmantelarse es «la lógica perversa que atribuye a la posesión de armas la seguridad personal y social y solo beneficia a la industria bélica, además de alimentar un clima de desconfianza entre los pueblos». La referencia es a la «disuasión nuclear» que se basa en la amenaza de aniquilación mutua.
Para Francisco, en cambio, es muy importante apoyar a los principales instrumentos jurídicos internacionales de desarme nuclear.
«La Santa Sede espera que la próxima conferencia de revisión del Tratado de No proliferación de Armas Nucleares se traduzca en medidas eficaces para el desarme», sostuvo.
El pontífice también ratificó la importancia de reducir las sanciones internacionales que dificultan que los Estados apoyen a sus poblaciones.
En tal sentido, renovó su pedido de reducir o condonar las deudas de los países más pobres.
Remitiéndose a diversos pasajes de sus intervenciones anteriores, el Papa exhortó al compromiso para cerrar los paraísos fiscales y a prevenir la evasión y el lavado de dinero porque «este es el momento propicio para renovar la arquitectura internacional».
Francisco también le dedicó espacio en su discurso a la familia, el aborto y la violencia contra las mujeres.
Ante la ONU, recordó que «muy a menudo, la familia es víctima de colonialismos ideológicos que la hacen vulnerable y terminan provocando en muchos de sus miembros, especialmente en los más indefensos -niños y ancianos- una sensación de desarraigo y orfandad».
«La desintegración de la familia resuena en la fragmentación social que impide el compromiso de enfrentarse a enemigos comunes», advirtió.
Al referirse a las terribles consecuencias de la pandemia de Covif-19, Bergoglio sostuvo que recaen especialmente en los niños, incluyendo a los migrantes y refugiados no acompañados.
«La violencia contra los niños, incluyendo el horrible flagelo del abuso infantil y la pornografía, aumentaron dramáticamente, señaló.
Agregó que en muchas partes del mundo, los menores «no pueden volver a la escuela y ello significa un incremento del trabajo infantil, de los abusos y de la desnutrición».
En ese sentido, lamentó que «los países y las instituciones internacionales promuevan el aborto como uno de los ‘servicios esenciales’ de la respuesta humanitaria».
«Imploro a las autoridades civiles para que presten particular atención a los niños a quienes se les niegan sus derechos y sus dignidades fundamentales, y especialmente el derecho a la vida y a la educación», sostuvo.
Por último, el pontífice sostuvo uno de los objetivos en que la ONU debe comprometerse es el de poner su atención en las mujeres «que juegan roles muy importantes en todos los niveles al servicio del bien común pero muchas de ellas son dejadas de lado, víctimas de la violencia y la explotación». Concluyó que debe existir un mayor compromiso en la lucha contra «estas prácticas perversas que denigran no solo a la mujer sino a toda la humanidad que, con su silencio y la falta de acciones concretas, se transforma en cómplice».