Revisar la subvención a los hidrocarburos, una de las condiciones para la transición energética

Por Edwin Miranda V. / Activo$ Bolivia / Bolivia Energía Libre-La Paz

La puesta en marcha de la transición energética en el país implicará hacer cambios estructurales a la política de subvención a los hidrocarburos, pero también al modelo económico “extractivista, monoexportador y rentista”, planteó el analista en temas energéticos Francesco Zaratti, durante la presentación de una hoja de ruta destinada a cambiar la matriz energética hasta el 2050.

“La política de subsidios (a los hidrocarburos donde está incluida la electricidad) debe ser revisada”, señaló el experto en el evento que propició el Comité de Medio Ambiente, Biodiversidad, Áreas Protegidas, Amazonía y Cambio Climático de la Cámara de Senadores, presidido por la legisladora de Comunidad Ciudadana Cecilia Requena.

Zaratti considera indispensable “sincerar el precio de la energía. No más precios irreales pues los subsidios benefician solo a quienes tienen más”.

Desde el año 2010 Bolivia tiene precios subsidiados a la gasolina, el diésel y el GLP, que también se aplican a la generación de electricidad.

Para importar diésel a precios internacionales y venderlo a costos subvencionados en el mercado interno, el país eroga anualmente 986 millones de dólares, señala el exministro de Hidrocarburos, Mauricio Medinacelli, para ilustrar la magnitud de la subvención.

Se estima que el subsidio representa cerca de 607 millones de dólares, cifra que representa cerca al 2.3% del Producto Interno Bruto (PIB), acotó.

Zaratti señala que la política del subsidio está liquidando las finanzas públicas, ya que casi el 100% de los ingresos por exportación de gas se destina a comprar diésel para el mercado interno.

Sucede lo mismo con el GLP, la gasolina y el gas natural destinado a la generación de electricidad. Mientras que las empresas generadoras pagan aproximadamente 1.3 dólares por millón de metros cúbicos de gas natural día (MMmcd), Argentina y Brasil pagan entre 4 y 5 dólares por MMmcd, es decir, el doble.

Frente a esta realidad, conviene más exportar gas que vender en el mercado interno, pues los precios generan desinterés en las empresas petroleras y representan una carga fiscal para el Estado pues el Tesoro pierde dinero, cada día, apuntó el experto.

La transición energética es ineludible

La hoja de ruta para la transición energética que Zaratti puso a consideración fue diseñada con el apoyo de un equipo académico de la Universidad Católica Boliviana (UCB) y del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Fue concebida en tres partes.

  • Conocer en detalle cuál es la realidad de la matriz energética en Bolivia.
  • Plantea orientaciones para elaborar un plan de transición energética en el más corto plazo.
  • Sugiere profundizar temáticas específicas como el modelo económico y el régimen legal que gobierna al sector para diseñar la estrategia.

De antemano, el país debe honrar compromisos asumidos con la COP21 (Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático) para lograr, hasta el 2050, emisión neta cero de gases de efecto invernadero; desincentivar el uso de energías fósiles como las gasolinas, el diésel y gas natural; y eliminar los subsidios a los hidrocarburos, detalló.

Barreras a la transición

Para abordar seriamente un plan de transición energética, Zaratti dijo que es necesario atraer inversiones en energías renovables no convencionales (ERNC), como el viento y el sol. También es preciso modificar la normativa que regula al sector energético.

“La transición no será gratis, no vendrá de un día para el otro. Por el contrario, debe responder a una planificación holística, es decir, integral. (…) Es un proceso que amerita la toma de decisiones estructurales bien diseñadas”, apuntó Zaratti.

Bajo estas consideraciones, abrió el debate para hacer una transformación estructural al modelo económico extractivista del país, que está vigente casi desde su fundación en el Siglo XIX.

“Las ERNC no podrán desarrollarse bajo un modelo económico rentista, que se basa en la venta de recursos naturales como fue en principio la plata, después el estaño, luego el petróleo, el gas y puede venir después el litio”, describió el académico.

Zaratti aseguró que, si se llega a consensuar la propuesta de hoja de ruta con el Gobierno, los académicos bolivianos que están comprometidos con la transición energética están en condiciones de entregar un documento final que permitirá saber cómo y bajo qué condiciones será posible emprender el viaje al cambio de matriz energética.

El documento requeriría un plazo de 12 meses para su elaboración, a un costo inicial de medio millón de dólares, que pueden ser financiados por la cooperación internacional.

El foro permitió conocer propuestas de expertos del ámbito académico y empresarial, interesados en apuntalar la transición energética en el país. Participaron Angie Camacho, CEO de la startup Transporte Inteligente MOBI y el consultor externo del PNUD para la Presidencia del Estado Cristhian Stalberg, director de Natural Intelligence.