Comibol agoniza y la exportación de minerales retrocede ocho por ciento

Por Edwin Miranda V. / Bolivia Energía Libre.com

“Comibol (Corporación Minera de Bolivia) agoniza. Ya no controla el Mutún, tampoco los salares (Uyuni y Coipasa), patalea en Huanuni, Corocoro, Colquiri, Karachipampa. No tiene capacidad para generar nuevos emprendimientos como Mallku Khota y Amayapampa (ambos para la explotación de oro)”, sentenció el exministro de minería, Dionisio Garzón. 

El expresidente de la Comibol, Héctor Córdova, alineó también posiciones en este sentido y dijo que la minería estatal, prácticamente, está en quiebra y sin rumbo lo que amerita, urgentemente, promover una reforma estructural de fondo, además de refundar la primera empresa estatal minera. 

La Comibol esta totalmente desarticulada, sus empresas están prácticamente en quiebra, y en los últimos diez años se hizo esfuerzos para refundar la compañía pero existe una oposición radical para hacerlo realidad. “Hoy la empresa está prácticamente a la deriva”, apunto Córdova.

La advertencia de los expertos tiene respaldo. Un informe oficial que proceso la estatal minera, reveló que existen al menos 41 proyectos de exploración, por un monto que llega a los 31 millones de dólares, paralizados desde el año 2019. 

Los emprendimientos más significativos se hallan en los departamentos de: Santa Cruz con un 34%; Potosí 31%, La Paz 17%, y  Oruro 16%, señala información oficial recabado por Bolivia Energía Libre.com en la Comibol.

En la estatal minera el 40% de los recursos son destinados al pago de sueldos y viáticos, un porcentaje similar tiene como destino la cancelación de servicios externos por trabajos de exploración minera; y queda nada para equipamiento tecnológico para la empresa, precisa el informe. 

“La situación actual del sector es muy delicada, las minas (más) importantes han terminado o están por terminar su vida útil, las minas chicas y cooperativas se hunden en su dependencia de los precios internacionales de los metales, solo la minería informal cooperativa y aquella ilegal del oro están florecientes, pero dejan muy poco para el Estado, y producen reyes chiquitos que se enriquecen con la explotación inmisericorde de la mano de obra desocupada del país”, describió Garzón la situación actual calamitosa que vive el sector.

Sobre mojado, llovido. Las exportaciones de minerales cayeron en valor hasta en un 8% entre enero y abril de 2020, señaló a su vez el Instituto Boliviano de Exportaciones (IBCE) en un reciente informe sobre el comportamiento que tuvieron las exportaciones bolivianas al mundo los primeros cuatro meses del año y en medio de la peste del coronavirus (Covid-19).

El país vendió, en este sentido, minerales por 991.373.901 millones de dólares entre enero y abril de este año, mientras que la gestión pasada, en el mismo periodo, las exportaciones nacionales de minerales sumaron ingresos por 1.271.379.451 millones de dólares. 

Según Garzón con estas cifras en rojo de la explotación minera, “Bolivia es la gran ausente de las estadísticas mundiales, ya nadie nos toma en cuenta, y las poquísimas empresas que están (por ahora) en Bolivia, (operan) con el Jesús en la boca, rogando para que no haya avasallamientos o nuevas estatizaciones”.

Para el experto en los últimos 14 años, “hemos hecho una pésima administración de nuestro potencial (minero) en la era republicana, y peor en el reciente intento plurinacional (del gobierno del expresidente Evo Morales)”.

Pero la minería no solo está en crisis, sino también descabezada. Hasta ahora no contamos con un Ministro de Minería y el que fue destituido, a menos de una semana de su posesión, tuvo que dejar el cargo por declaraciones racistas.

El sector productivo, como el minero, “como siempre será el que defina los parámetros económicos del país en el corto, mediano y largo plazo (a pesar de todo)”, reflexionó el exministro Garzón.