Declaran a Karachipampa, El Mutún y el Litio, elefantes blancos, por carecer de factibilidad financiera

Por Edwin Miranda V. / Bolivia Energía Libre-La Paz

El Mutún en el departamento de Santa Cruz y la planta de Fundición de Karachimpampa y la industrialización del Litio en el Salar de Uyuni, ambos enclavados en Potosí, fueron declarados como “elefantes blancos” por carecer de factibilidad financiera para el Estado, por el exministro de Minería, Dionicio Garzón,

“Se promete reactivar viejos proyectos (elefantes blancos en algunos casos) como el Mutún, Karachipampa, el litio, etc., pero no se sabe si son proyectos rentables que generarán riqueza o si son fanfarrias políticas para disfrazar una realidad lacerante”, afirmó el también experto en minería en una columna de opinión que publicó bajo el denominativo de “Minería 2021, ¿mirándonos el ombligo?”

Frente a esta realidad, Garzón alertó además que “el sector está actualmente, y casi siempre estuvo, en una crisis estructural que no augura buenas noticias en el corto y mediano plazo si no se toman medidas a la altura de la emergencia”.

Para mostrar con hechos lo que está enfrentando el sector, el exministro apelo a las cifras y el análisis del comportamiento que mostro la minería el último año de crisis sanitaria y económica.

Es interesante analizar el comportamiento del Índice General de la Actividad Económica (IGAE) del sector durante el año de pandemia.

Durante los primeros meses y hasta mayo de 2020, la actividad extractiva de minerales se contrajo en -41,57% -entre junio a octubre- con reactivación parcial y paulatina de labores, precisó Garzón.

Está situación cambio algo a finales del año pasado. El IGAE se recuperó a -33,25%, cifra que tendría muy poca variación al cierre de 2020, apuntó.

Según Garzón esto muestra la poca capacidad de reacción que tuvo la minería, hasta ahora, frente a la crisis, “reacción apalancada por el comportamiento del sector aurífero, controlado por la minería artesanal y cooperativa, cuya actividad tuvo muy poca variación a lo largo de la gestión por sus características de informalidad”, subrayó.

¿Qué se puede concluir de estas cifras?, preguntó Garzón.

En respuesta, ensayó tres conclusiones.

1) Con la reducida reacción del IGAE en periodos de crisis, cualquier variación del mercado y/o de factores colaterales no previstos, desencadenara caídas muy altas en productividad, valor de la producción, exportaciones y en el excedente minero en general.

2) El alto grado de informalidad del sector, si bien resuelve parcialmente el problema de desempleo y disfraza la crisis, acentúa la caída de recaudaciones para el Estado y

3) La falta de un portafolio de proyectos nuevos, que se acentúa con el paso del tiempo, permite avizorar que la crisis sectorial nos acompañará por muchos años.

Nada cambia, todo sigue igual

Para el exministro de Minería, nada cambia. Todo sigue igual para mala suerte del sector minero y el Estado.

“Casi no tenemos petróleo, el gas parece que se acaba, la minería también, las minas importantes ya están en periodos de cierre o de pre-cierre, sobrevive la minería informal, y en muchos casos ilegal, nuestros proyectos industriales están parados, son elefantes blancos o se mueven a paso de tortuga, el contrabando y el blanqueo de capitales es cada vez más frecuente, el empleo es informal o del aparato estatal, la iniciativa privada está muy restringida por la inseguridad jurídica”, enumeró los problemas de fondo que tiene el país y necesita resolverlos con urgencia.

Así las cosas, nada cambió hasta hoy, seguimos mirándonos el ombligo como decimos en estos casos, ufanándonos de tener el salar más grande, uno de los mayores depósitos de hierro o la provincia estannífera más grande, del planeta; soñando grandezas y concretando casi nada, declaró Garzón con énfasis.

En definitiva, para la exautoridad de Estado “si no generamos un importante portafolio de proyectos en el menor tiempo posible, el futuro del sector se ve muy negro”.

Es urgente modificar la Ley de Minería, la CPE, por lo menos, en los capítulos pertinentes al fomento y seguridad jurídica para la inversión privada nacional y/o extranjera, sugirió el exministro.

“La apertura a capitales privados para exploración es vital; el Estado no puede hacerlo todo, ya se demostró en los años precedentes”, sentenció Garzón.